viernes, 7 de agosto de 2009

Acerca de la comunicación científica y su contexto de investigación


Uno de los problemas a los que los diseñadores gráficos nos enfrentamos al momento de organizar nuestro trabajo de comunicación visual, es sin duda, la investigación de tipo científico.

Nuestra formación es totalmente diferente al de otras disciplinas en las que la investigación de tipo científico, tiene algún tipo de base en la formación de su perfil profesional.

Teniendo como antecedente esta desventaja en lo que a organizar un proceso de investigación científica se refiere, pongo a consideración del gremio y de mis compañeros de la maestría de CPCYT de EDCOM-ESPOL, este artículo del investigador Alfredo Romero, algo extenso, pero de indudable valor para nosotros los diseñadores de comunicación visual.


Alfredo Romero S.

Investigador

Unidad de Apoyo de Información y Documentación. CENIAP-INIA

Nota explicativa

Luego de muchos años de experiencia dictando cursos de Redacción Técnica y Comunicación Científica, tanto en cursos de postgrado como en el sector oficial de la investigación agrícola, compartiendo las experiencias y vivencias de los propios investigadores, y conociendo a lo largo del tiempo las experiencias de otros profesionales dedicados a tareas similares, se han reunido algunas notas y aspectos resaltantes identificadas en este transitar, las cuales se desea compartir con los interesados. Son muchas lecturas de libros, documentos, artículos impresos y páginas web, las que alimentan estas ideas, que no se reseñan en una bibliografía al final del texto, dado el carácter divulgativo de este trabajo, pero que a cualquier interesado se les puede suministrar.

Introducción

La investigación es una actividad fundamental en el proceso de creación y construcción del conocimiento. En general, se admite que la investigación científica da lugar a nuevo conocimiento gracias a los procesos de indagación sistemática y de contraste de las teorías frente a los resultados experimentales.

Socialmente, la investigación es el estilo de pensamiento y acción más significativo en el entramado social e institucional de nuestra época, en tanto que constituye el proceso y la estrategia que permite la generación de conocimiento.

Debe quedar claro que el conocimiento no se descubre, sino que, gracias a la elaboración de teorías y modelos, se construye mediante un proceso social en el que intervienen, además del propio investigador, otros científicos que evalúan y aceptan o rechazan sus teorías, modelos, propuestas u observaciones.

El término "investigación" engloba las diversas actividades que tienen relación más o menos directa con la construcción del conocimiento científico, entre ellas:

a) Trabajo en el laboratorio.

b) Análisis de datos.

c) Elaboración de modelos y teorías.

d) Comunicación de resultados a la comunidad investigadora.

e) Gestión y desarrollo de proyectos de la investigación.

La publicación de los trabajos reseñando los resultados de la investigación es un elemento fundamental de la ciencia moderna y caracteriza la acepción de investigación que se plantea en este artículo.

La ciencia de hoy es muy diferente de la ciencia de hace varios siglos. Como es sabido, muchos científicos del pasado eran parte de una élite ilustrada y un coto cerrado. En muchas ocasiones los resultados de sus trabajos eran mantenidos en secreto y no se daban a conocer al resto de la (escasa) comunidad investigadora. Hoy día, en cambio, la ciencia es una profesión institucionalizada con sus normas epistemológicas e intersubjetivas, su ética profesional e instituciones académicas que velan por su integridad y sostenibilidad. Sin duda, uno de los factores que contribuyen al desarrollo económico y social de cualquier sociedad es, precisamente, la investigación científica y tecnológica, de ahí la importancia que se concede a las políticas de promoción y desarrollo del conocimiento en cualquier sociedad avanzada.

En este contexto, el acceso profesional de la ciencia suele realizarse, fundamentalmente, a través de los siguientes canales:

a) Universidades (donde se combina con la docencia).

b) Centros privados y públicos de investigación (por ejemplo el INIA)

c) Empresas privadas (Semilleras, de Salud Animal, Agroindustrias transformadoras, entre otras).

La producción de información y conocimiento científico es uno de los criterios básicos de acceso y promoción dentro de las instituciones citadas.

I. Algunos elementos de filosofía de la ciencia

Concepciones epistemológicas de la Ciencia

La formación científica correspondiente a los niveles de enseñanza primaria y secundaria debería proporcionar a los futuros ciudadanos adultos los elementos básicos de las disciplinas científicas para que sean capaces de entender la realidad que les rodea y puedan comprender el papel de la ciencia en nuestra sociedad. Asimismo, este primer contacto con la ciencia debería contribuir a que éstos desarrollen ideas adecuadas sobre la ciencia y el conocimiento científico y a que apliquen hábitos propios del pensamiento y razonamiento científico en su vida cotidiana. Estos objetivos chocan muchas veces con la realidad.

A las quejas tradicionales de profesores e investigadores relativas al bajo nivel de conocimientos de los estudiantes y la persistencia evidente de las famosas preconcepciones tras años de enseñanza formal, hay que añadir un nuevo elemento al que sólo se ha comenzado a prestar atención en los últimos años: se trata de las ideas de los propios alumnos universitarios sobre la ciencia, el conocimiento científico y, también, sobre cómo se aprende la ciencia. Tal como demuestran numerosos trabajos de investigación, las concepciones acerca de la validez y fiabilidad del conocimiento científico y cómo este se articula o acerca de cómo se construye y evoluciona la ciencia son con frecuencia inadecuadas.

Incluso personas con formación científica o investigadores cualificados mantienen concepciones inadecuadas sobre la ciencia y el conocimiento científico. Así, por ejemplo, no resulta raro que, con frecuencia, los propios profesores universitarios de ciencias y los investigadores tengan una formación deficiente en los aspectos relacionados con la naturaleza de la ciencia y la epistemología, Filosofía o Sociología de la Ciencia. Enfrentados con los contenidos propios de las disciplinas (científicos), estos aspectos metacientíficos reciben una escasa atención en los planes de estudio y en muchas ocasiones deben sacrificarse en beneficio de los contenidos "serios".

En la Universidad son raras las asignaturas de Historia, Filosofía o Epistemología de la ciencia y, en el caso de existir, suelen concebirse como un mero complemento cultural que se contempla generalmente como asignaturas optativas con poco peso en el plan de estudios. Parece existir una especie de creencia implícita generalizada de que la Historia o la Filosofía de la Ciencia no contribuyen mucho a la formación del futuro científico. Incluso se olvidan completamente aspectos tan importantes como la ética científica y, como puede comprobarse en los curricula de los postgrados, ni siquiera se abordan de manera generalizada.

En este documento se describen las principales enfermedades fúngicas diagnosticadas y se establecen las recomendaciones de control según el enfoque de Manejo Integrado de Plagas (MIP), lo cual contribuirá a lograr una mayor rentabilidad del cultivo y a obtener unidades de producción más sustentables y competitivas.

Frente a esta situación comienza a haber una reacción en la actual generación de científicos y académicos. Ya se reconoce abiertamente la necesidad de abordar otros aspectos en el aprendizaje de las ciencias además de los contenidos tradicionales. Así, en muchos países del mundo se busca que en la educación secundaria y especialmente en la universitaria se contemplen algunos de los aspectos siguientes:

a) Elaborar criterios personales y razonados sobre cuestiones científicas y tecnológicas básicas

de nuestra época mediante el contraste y evaluación de informaciones obtenidas en distintas

fuentes.

b) Reconocer y valorar las aportaciones de la Ciencia para la mejora de las condiciones de

existencia de los seres humanos, apreciar la importancia de la formación científica, utilizar en las

actividades cotidianas los valores y actitudes propios del pensamiento científico, y adoptar una

actitud crítica y fundamental ante los grandes problemas que hoy plantean las relaciones entre

Ciencia y sociedad.

c) Valorar el conocimiento científico como un proceso de construcción ligado a las características

y necesidades de la sociedad en cada momento histórico y sometido a evolución y revisión

continua.

Aspectos poco conocidos de la ciencia actual que merecen atención especial

Muchas de las formulaciones, en Filosofía de la Ciencia se refieren al proceso de creación del conocimiento, a la generación de teorías o leyes o al proceso de descubrimiento, olvidando, por ejemplo, la enorme influencia que tiene la comunicación de la ciencia en la formación y articulación del conocimiento científico. Factores personales, relacionados con la psicología de los científicos o con los deseos de notoriedad, fama o poder suelen dejarse también de lado o no se tienen en cuenta en las teorías y puntos de vista más extendidos en Filosofía de la Ciencia. Por otra parte existe un cierto sesgo a favor de la Física en las preferencias de los filósofos de la ciencia y esto tiene consecuencias sobre nuestra forma de concebir otras disciplinas, como por ejemplo, la Química, las ciencias Biológicas o Sanitarias que, en general, ocupan un lugar menor.

Esto, sin tomar en cuentas las nuevas perspectivas de globalidad, emergencia y conectividad que estudiosos contemporáneos plantean como necesarias para la cabal comprensión y aplicación de la ciencia en la actual época de cambios y transformaciones que caracterizan la sociedad moderna. Sin duda una parte de la persistencia de los problemas anteriores tienen su origen muchas veces en una cierta falta de atención o de conocimiento por parte de investigadores y educadores sobre los resultados de las líneas de investigación en la dinámica de la ciencia actual. De acuerdo con lo anterior, se considera muy conveniente llamar la atención de la comunidad investigadora y académica sobre algunos de estos aspectos poco conocidos de la ciencia actual..

No es una casualidad que algunos de estos aspectos poco conocidos, como el fraude o la lucha por la prioridad, resulten, con frecuencia "incómodos" para las visiones simplistas que conciben la ciencia como una actividad pura y desinteresada en la que la verdad es la meta suprema. Estos aspectos se mantienen alejados de los investigadores y académicos, aunque hace tiempo que ocupan un lugar destacado en las páginas de debate de revistas tan prestigiosas como Science y Nature.

Cómo se articula y evoluciona el conocimiento científico

A veces se acusa a la Filosofía de la Ciencia de ser una especie de sucedáneo de la Epistemología. No en vano, uno de los temas principales de debate en Filosofía de la Ciencia tiene que ver con la naturaleza del conocimiento científico y la fundamentación del mismo. En la descripción del conocimiento científico se recurre a conceptos tales como teorías, leyes, hipótesis y otros que están relacionados La evolución y desarrollo de tales elementos está en el centro de un debate que está lejos de finalizar. El problema que subyace en dicho debate es la existencia o no de criterios válidos y universales que permitan evaluar las teorías científicas, y estudiar el papel que desempeñan los procesos de publicación y comunicación. Tal problema, en su versión más general referida a la fundamentación del conocimiento, no es nuevo en Filosofía. Por ello es necesario tener una mínima idea acerca de tales concepciones,

¿Qué es el Inductivismo?

Una de las concepciones que históricamente ha ejercido una mayor influencia sobre nuestras ideas acerca de cómo es la ciencia y el conocimiento científico es la inductivista en sus diferentes versiones. Según este punto de vista, la investigación comienza con la observación mediante los órganos sensoriales. A partir de esta observación se generan enunciados observacionales que constituyen la base para formular las leyes, principios y teorías que articulan el conocimiento científico. Aunque la idea fundamental del inductivismo es que la observación proporciona una base segura a partir de la cual se puede derivar el conocimiento científico, las posiciones más sofisticadas hacen referencia a los principios combinados de inducción y deducción para explicar la validez de las afirmaciones científicas. Es evidente que en la opción anterior no se tienen en cuenta los procesos de comunicación científica. El papel de la comunidad académica, según se desprende de este punto de vista, es forzosamente limitado.

A. Chalmers es autor de uno de los análisis críticos más completos de las posturas inductivistas (What is this thing called Science?. London, The Open University. 1977. 157p), en el que hace hincapié en el hecho de que la observación depende fuertemente de una teoría previa que la orienta. Es cierto, por otra parte, que las observaciones no siempre constituyen una base firme sobre la cual se pueden fundamentar las teorías.

Diversos episodios en la Historia de la Ciencia demuestran cómo determinadas observaciones supuestamente impecables en realidad estaban sesgadas. Las visiones inductivistas sobre la ciencia han sido casi completamente abandonadas por los especialistas y si se citan aquí es porque muchas de las concepciones comunes de los investigadores sobre la ciencia y el conocimiento científico son marcadamente inductivistas, al igual que sucede con frecuencia con algunas ideas sobre la ciencia que transmiten los libros de texto.

¿Qué es el Falsacionismo?

El falsacionismo, con el filósofo Karl Popper como su principal representante, admite que la observación es guiada por la teoría y la presupone (K.Popper. 1967. La lógica de la Investigación Científica. Madrid, Tecnos. 451p). Según los defensores de esta corriente, si bien es imposible demostrar que una afirmación es verdadera, si que es posible diseñar experimentos o planificar y realizar observaciones que, al menos en principio, pudiesen falsarla. El conocimiento científico se caracterizaría, pues, por la posibilidad de ser falsado mediante el experimento o la observación y sólo las afirmaciones falsables deben ser admitidas como científicas. Según Popper, las teorías han de ser comprobadas rigurosa e implacablemente mediante la experimentación. Las teorías que no superan las pruebas de observación y experimentación deberían ser eliminadas y reemplazadas por otras conjeturas especulativas. Como resultado, sólo sobrevivirían las teorías más aptas.

En esta concepción , al contrario de lo que sucede con la inductivista, el papel de la comunidad académica y de los procesos de comunicación aparece mas claro, dado que el proceso de falsación de las teorías no necesariamente se debe llevar a cabo por los mismos que las elaboran.

¿Qué es un paradigma y cómo se sustituye por otro?

El dominio de las ideas popperianas se vio turbado, entre otros factores, por la aparición de la obra de Tomás Kuhn (La Estructura de las Revoluciones Científicas) que, según algunos filósofos de la ciencia, venía a recordar que la Historia de la Ciencia contradice de manera evidente al edificio lógico tan cuidadosamente construido por Karl Popper. Tal vez la aportación más citada de Kuhn a la Filosofía de la Ciencia sea la noción de paradigma como un conjunto de creencias, valores y técnicas compartidos por una comunidad científica. Según la formulación inicial de Kuhn, el desarrollo de una disciplina dada se caracteriza por períodos de ciencia normal y períodos de revolución científica.

Durante los períodos de ciencia normal domina un determinado paradigma, mientras que en épocas de crisis éste es cuestionado y sustituido. Esta sustitución implica algo más que un mero cambio de teoría ya que, según Kuhn, los fundamentos, las aplicaciones, la concepción del mundo y los métodos que subyacen en el nuevo paradigma son ahora radicalmente diferentes a los del anterior (son inconmensurables). Hasta la misma comunicación entre los defensores de ambos puntos de vista resultaría harto difícil.

El cambio de un paradigma a otro no tendría lugar debido únicamente a factores racionales, sino, en gran parte, gracias a factores tales como la implicación de jóvenes científicos y la capacidad de persuasión de los proponentes del nuevo paradigma. Estos factores y otros similares harían de la ciencia, en la visión kuhniana, una actividad en cierta medida parecida a la política. La concepción de Kuhn destaca implícitamente el papel de los procesos de comunicación científica e insiste en la necesidad de persuadir al resto de científicos e investigadores que pertenecen a una comunidad académica. Así, según esta concepción ningún cambio es posible hasta que ha sido aceptado por la comunidad investigadora.

Más pertinente aún es lo planteado, cuando ahora estamos iniciando la práctica de un nuevo modo de producción de conocimiento, proceso que se realiza en el contexto de su aplicación, mediante un esfuerzo inter y transdisciplinario, con una alta carga de reflexividad social y mayormente orientado a servir de sustrato para “descubrir” nuevos problemas y facilitar la emergencia de esta nueva época, como lo diría José de Souza, todavía infante, impredecible, sujeta a vaivenes de los centros de poder globales.

¿Cómo evolucionan los conceptos científicos?

Existe una analogía entre la evolución de los organismos biológicos y la construcción del conocimiento científico, según la cual la generación y selección de los conceptos tiene un cierto parecido con la evolución de los organismos biológicos y se regiría por los mismos principios. El objetivo de esta analogía es demostrar que, en la selección de los sucesivos conceptos, los investigadores aplican criterios puramente racionales con el fin último de contribuir al desarrollo de su disciplina. El avance de una disciplina tendría su origen en problemas no resueltos que plantean unas exigencias intelectuales o una prácticas específicas que estarían en el origen de los nuevos conceptos. Esta aparición de nuevos conceptos viene acompañada de procesos de selección siempre en aras de un mejor servicio a la disciplina en cuestión. En este proceso de selección desempeñan un papel fundamental los medios de comunicación científica y los editores y árbitros de las revistas especializadas.

II. Investigación y comunicación científica

Ciencia, aprendizaje y comunicación científica

La ciencia contribuye a la explicación de los fenómenos de la naturaleza, de la sociedad y produce las innovaciones científicas y técnicas en salud, prosperidad y seguridad para las naciones. Se considera también un proceso de descubrimiento, diseminación, aplicación o análisis y recuperación de información. Por lo cual, el aprendizaje activo con la literatura científica es importante para la formación del pensamiento científico de los estudiantes y el desarrollo de la capacidad de elaborar una producción científica documentada.

La ciencia se ha vinculado con la práctica convirtiéndose en una fuerza productiva que desarrolla a la sociedad y se ha producido un proceso de incorporación de la ciencia a distintas esferas de la vida económica y social. Hoy se considera una fuerza productiva directa, el desarrollo de un país no se concibe, sino es sobre la base de incorporar con rapidez y de forma efectiva los resultados de la actividad de la ciencia a la práctica económica y social.

Las naciones poderosas buscan el liderazgo científico fomentando en sus ciudadanos la capacidad para producir y utilizar la ciencia y la tecnología. Consideran que los recursos humanos capacitados son su principal riqueza y facilitan las condiciones y las oportunidades para que su fuerza de trabajo intelectual:

Desarrolle y mantenga el liderazgo a través de las fronteras del conocimiento científico.

Incremente los vínculos entre la investigación científica y los objetivos nacionales.

Estimule el interés social que promueva la inversión para la ciencia y el uso efectivo y racional de los recursos físicos, humanos y financieros.

Multiplique los recursos profesionales, científicos y técnicos para el desarrollo.

Incremente la alfabetización científica y tecnológica de los ciudadanos.

En el mercado del conocimiento la competitividad en el uso de la información científica es una moneda de cambio, en unos casos, por el desarrollo de ciertos conocimientos como fuente de poder y ganancias; en otros como forma de colaboración con el desarrollo social y productivo.

El advenimiento de nuevas tecnologías producidas científicamente ha tecnificado las dimensiones sociales y culturales del trabajo profesional en los contextos económicos nacionales y mundiales. Principalmente, la infraestructura de la información, proporcionada por la tecnología, ha sido utilizada para generalizar y regular las reglas de operación en áreas heterogéneas de trabajo caracterizadas por altos niveles de tareas inciertas. En la organización burocrática, las técnicas derivadas de la ciencia se utilizan para tratar con el crecimiento de la complejidad de coordinar resultados altamente diferenciados y especializados. Sobre este tema, todavía hay mucho que transitar y aprender.

La búsqueda, colecta, análisis y uso de la información, con fines de solucionar con eficiencia problemas y generar conocimientos son estrategias y procedimientos normales de las actividades de los científicos En la actualidad, esencialmente, estas actividades se han incorporado a las prácticas profesionales modernas y las requiere necesariamente un investigador. La metodología contemporánea de la ciencia, tiene cinco etapas: la acumulación y elaboración de datos empíricos, la construcción y el despliegue de una teoría sobre la base del material empírico recopilado, la explicación de datos empíricos conocidos; la predicción de nuevos datos con la ayuda de la teoría elaborada y, la confirmación de la teoría. Este procedimiento depende de la palabra impresa porque forma parte de un registro público permanente de conceptos, teorías, observaciones, cálculos y resultados para poder referirse a ellos, porque muestra un proceso de trabajo generador de conocimientos, donde se registra cuidadosamente los resultados experimentales y las conclusiones que de ellos se derivan. Pero en los últimos años, con el advenimiento y accesibilidad a la red de redes, las publicaciones electrónicas y el libre acceso a las mismas amplían de manera significativa e alcance de la comunicación científica

La información científica se relaciona con los datos y los hechos de los fenómenos del universo material, social e ideal. Porque, en un sentido real, los datos son una representación simbólica que sirve de base para procesar y transmitir los atributos de esas entidades. Su finalidad es proporcionar información al observador o usuario de los datos, siempre que este tenga la capacidad para interpretarlos y aplicarlos.

Así, la ciencia se esfuerza por constituirse en un conocimiento que pueda ser verificado socialmente, a la vez que se preocupa por la posibilidad de repetir las experiencias. En las comunidades científicas, los hallazgos originales y novedosos del conocimiento y sus posibles alcances para resolver problemas del conocimiento y de la sociedad; se difunden a través de publicaciones especializadas para examinar y evaluar las contribuciones, difundir y ampliar el conocimiento. Se debe desarrollar en los investigadores una cultura pedagógica centrada en la utilización de dos fuentes de información científica: el artículo original de investigación y el artículo de revisión. Estas dos fuentes de información son medios de comunicación de la ciencia, representan fuentes de información científica con calidad para desarrollar el pensamiento experimental y aprender a comprender e incorporar los procedimientos de la ciencia al ejercicio de las profesiones. La identificación, recuperación y procesamiento de estos materiales bibliográficos permite a los estudiantes aprender a trabajar y comprender los procesos lógicos de la naturaleza de la información y del discurso teórico y empírico de la literatura a través de la cual los científicos comunican las síntesis y los resultados originales del proceso de la producción del conocimiento científico.

El artículo científico, experimental o de investigación, es una publicación científica primaria o publicación válida o aceptable. Se publica como un informe escrito que describe los resultados originales de una investigación, lo cual permite a los colegas del autor comprender plenamente y utilizar lo que se divulga. Debe presentar la información suficiente para que los usuarios de los datos puedan evaluar las observaciones, repetir los experimentos y corroborar las conclusiones con el fin de valorar los procedimientos experimentales. Se publica como material previamente revisado y aprobado por un juicio del arbitraje que emite una valoración de los escritos científicos en términos de la importancia del tema tratado. Esto es: originalidad, enfoque y diseño experimental apropiado, relevancia y pertinencia de la discusión, validez de las conclusiones y sus interpretaciones, organización interna del manuscrito, calidad de la forma (buena sintaxis, gramática y ortografía precisa, párrafos coherentes), nomenclatura correcta, adecuación del resumen y la base empírica citada correctamente.

La economía del conocimiento se desarrolla sobre la capacidad de abstracción para descubrir patrones y significados de la realidad. Se apoya en la destreza de manejar fórmulas, analogías, modelos y categorías. Su propósito es reinterpretar y reorganizar el caos de información para descubrir nueva soluciones, problemas y alternativas. En lugar de poner el acento en la transmisión de la información, se promueve el discernimiento y su interpretación. Allí se aprende a profundizar en la información a plantearse por qué se han seleccionado ciertos hechos, cómo deben ser interpretados y cómo se pueden refutar”. Los más afortunados jóvenes aprenden cómo conceptuar problemas y generar soluciones. Su educación formal requiere el perfeccionamiento de las habilidades de abstracción, pensamiento sistémico, experimentación y colaboración.

La lectura de artículos ofrece un sistema de actividades con un enriquecimiento instrumental que permiten la aplicación y la transferencia del conocimiento y las técnicas adquiridas en una forma y en un contexto para resolver problemas que se presentan en otra forma y en otro contexto.

Algunas conclusiones preliminares

A pesar de las dificultades para aclarar en qué consiste la ciencia, la Filosofía ha contribuido en gran medida a aclarar qué cosa no es la ciencia. Aunque las diversas tendencias en Filosofía de la Ciencia mantienen puntos de vista que son a veces contradictorios, existe un cierto consenso en que la investigación es un proceso cíclico que comienza con el planteamiento de un problema y que termina de nuevo con el planteamiento de nuevos problemas a partir del conocimiento existente. El papel que juegan la observación y la experimentación en la investigación no es tan relevante como el que desempeñan la emisión de hipótesis, el diseño de experimentos, los conocimientos iniciales, y por supuesto el proceso de comunicación científica. Las teorías establecidas tienden a ser resistentes al cambio y la mera falsación no basta para descartarlas. Algunas teorías incluso nacen falsadas o están en conflicto con otras teorías establecidas y sin embargo dan lugar a programas de investigación fructíferos.

Todo esto se ve potenciado con las posibilidades que brinda el casi universal acceso a Internet.

III. Incrementando el impacto del artículo científico

Cuando redactamos un artículo, el título es la frase más importante que debemos considerar. Del título adecuado depende muchas veces que un lector pase de largo nuestro artículo o se anime a leer el resumen cuando revisa una larga recopilación obtenida, por ejemplo, en una base de datos. Los investigadores son personas muy ocupadas y no pueden permitirse el lujo de analizar con detalle toda la inmensa producción de un campo o un tema determinado. Un título erróneo puede hacernos perder un lector potencial que, en definitiva, es alguien que puede citarnos alguna vez.

Citar los trabajos propios anteriores en un artículo que estemos elaborando es perfectamente admisible y, en muchas ocasiones, inevitable. En el marco de la necesaria continuidad del trabajo científico, citar los antecedentes previos del trabajo que se está planteando es útil, adecuado y ayuda a aumentar nuestra visibilidad. En la preparación de los artículos científicos, los investigadores deberían aplicar una “lista de chequeo”, que amplíen la posibilidad de ganar visibilidad e influencia entre sus pares:

· En la dirección de trabajo es conveniente incluir el correo electrónico, al menos del autor principal, y la página Web institucional.

· Es conveniente elegir cuidadosamente (no en el último momento) las palabras clave que servirán para indexar nuestro trabajo. En vez de inventarnos éstas conviene recurrir a los thesauros de las bases de datos. De esta manera, conseguimos que cualquier investigador interesado pueda recuperar fácilmente el contenido de nuestro artículo cuando realice una búsqueda sistemática. Hay que tener en cuenta que gran parte del indexado se realiza automáticamente y las personas que se dedican a esto, en general, no son expertos en el contenido de los artículos, por lo que es difícil que corrijan las palabras clave que elijamos nosotros si éstas son incorrectas.

· Al igual que sucede en muchos otros aspectos de la vida, las primeras impresiones suelen ser las que cuentan. Por esto conviene que los árbitros se lleven una buena impresión de nuestro trabajo. Si las figuras son pobres, los cuadros aparecen desordenados y la escritura es pobre, estamos dándoles argumentos para que puedan rechazar nuestro artículo.

· Algunos autores aconsejan dejar algunos cabos sueltos deliberadamente con el fin de dar al árbitro un argumento para proponer cambios y mejoras en nuestro artículo. Así, el editor comprueba que el árbitro ha hecho concienzudamente su trabajo (y es posible que vuelva a recurrir a él en otra ocasión), el árbitro queda satisfecho y nosotros introducimos el cambio que nos solicitan. Todos salimos ganando.

· Siempre que sea posible y pertinente, conviene citar a los científicos más relevantes en un campo determinado, dado que es muy posible que alguno de ellos acabe revisando nuestro artículo.

· En muchas ocasiones, las revistas imponen serias limitaciones a la extensión de los artículos que se publican. En estos casos se suele permitir que se incluyan referencias a páginas Web en las que se presentan o se ofrecen datos, cuadros, figuras o información adicionales. Esta es una buena ocasión para que un lector interesado en conseguir esta información adicional tenga un acceso fácil a los trabajos publicados previamente.

· En el título es conveniente incluir los términos más relevantes que hagan referencia al objeto del trabajo, de forma que sea fácilmente recuperable, cuando alguien interesado en el tema de nuestro trabajo acceda a una base de datos.

· Dada la importancia del resúmenes absolutamente necesario redactarlo adecuadamente, de tal manera que la persona que lea el título se anime a pasar al resumen y encuentre ahí motivos adicionales para leer el resto del trabajo.

¿Qué se puede hacer al publicar un artículo para aumentar su impacto?

· Lo primero y más fundamental es elegir una revista que esté indexada en alguna base de datos importante. Así nos aseguramos que existe alguna entidad que nos hace publicidad gratis. Las bases de datos más importantes son, como se ha indicado, las relativas a los índices de citas.

· Siempre existe un dilema inevitable a la hora de elegir una revista para enviar un trabajo. Si se elige una con amplia distribución, mucho prestigio y muy exigente, es probable que el trabajo sea leído por más gente y, por tanto, tenga más impacto y sea más citado.

· Si se nos permite elegir árbitros (algunas revistas dan esta opción e incluso la solicitan), no debemos dudar en hacerlo. En un estudio realizado recientemente, los árbitros elegidos por las revistas tendían a ser más críticos que los elegidos por los autores.

¿Cómo aumentar el impacto de un artículo una vez que ha sido publicado?

Es posible que un investigador que empieza su carrera se resista a difundir sus trabajos científicos, y considera que hay algo negativo o incorrecto en ello. Sin embargo no hay nada malo en dar a conocer nuestros trabajos a los investigadores que puedan estar interesados en los mismos. Es más, el dar a conocer un trabajo propio que pueda ser relevante y útil para otros investigadores es quizás uno de los deberes básicos de cualquier persona dedicada a la tarea de crear, transmitir y criticar el conocimiento. Tener una tarjeta modelo para solicitar separatas o usar el e-mail es un recurso muy útil, no sólo para acceder a artículos, sino también para difundir los nuestros. Actualmente existen numerosos sitios en Internet, donde es posible colocar el trabajo, una vez ha sido publicado en la revista de elección. Por lo general son sitios mantenidos por investigadores y académicos de gran prestigio y respaldados por instituciones públicas o no gubernamentales.

¿Cómo se puede aumentar y controlar la difusión de los artículos?

En esta sección se presentan algunas recomendaciones.

· En algunas páginas Web institucionales normalmente aparece un directorio de investigadores con sus especialidades y correos electrónicos, donde se puede seleccionar la relación de los investigadores en áreas de conocimiento que tengan relación con los trabajos que uno publica para enviarles copias de los más relevantes.

· Conviene llevar copias de las separatas de los artículos más importantes cuando vayamos a congresos, reuniones científicas o seminarios y colocar estas copias en una mesa cuando tengamos una presentación oral o al pie del póster cuando nuestra presentación tenga este formato. Así, los investigadores interesados en ampliar detalles pueden llevarse una copia de los trabajos.

· Es útil enviar siempre los trabajos que nos hayan solicitado otros investigadores mediante correo electrónico o mediante tarjeta de petición de separatas Cuando un científico tiene interés en un trabajo propio es posible que lo cite en algún artículo suyo.

· Otra posibilidad consiste en enviar copias de los trabajos a los miembros de los consejos editoriales de las revistas académicas más importantes en nuestro campo. Las direcciones institucionales de los miembros de los consejos editoriales suelen aparecer publicadas en las propias revistas, bien en el formato impreso, bien en formato html cuando la revista está disponible en Internet. Dado que estos investigadores tienen un gran peso intelectual en las áreas respectivas, conseguir citas suyas para nuestros trabajos en sus artículos nos ayudará a incrementar nuestra visibilidad. .

· Es imprescindible colocar los trabajos en formato electrónico en una página web, si se tiene una página personal, o en la página institucional y dar de alta esta página web en buscadores genéricos (por ejemplo, www.google.com) y buscadores temáticos o buscadores que permitan clasificar por secciones de interés las páginas Web (por ejemplo, http://es.yahoo.com/). En el CENIAP se viene realizando esta labor, aun cuando no está del todo clara una política institucional al respecto.

¿Finaliza la tarea del autor con la publicación del artículo?

Ni la ansiada carta de aceptación ni la publicación de nuestro descubrimiento en una revista, marcan el punto final de nuestra tarea con un artículo científico. Una vez que nuestro trabajo aparece en la revista elegida, comienza una nueva fase con el objetivo de dar a conocer los resultados de nuestro quehacer académico. Ahora se trata de aumentar el impacto del mismo.

En este empeño deberemos hacer frente a algunas tareas importantes:

Enviar separatas a pares conocidos en otras instituciones y otros países y de esa manera promocionar nuestro trabajo.

Comprobar que el artículo está indexado en las bases de datos adecuadas.

Hacer un seguimiento a los autores que citan el trabajo publicado.

Conformar redes informales de comunicación con pares de intereses similares, o incorporarse a las ya existentes.

Incorporarse permanentemente la cultura electrónica, todavía en proceso de emergencia y crecimiento, pero cuyas potencialidades son virtualmente desconocidas.

Referencia de este artículo:

Romero, A. 2004. A cerca de la comunicación científica y su contexto de investigación. Revista Digital CENIAP HOY N° 5 mayo agosto 2004, Maracay, Aragua, Venezuela.

URL: www.ceniap.gov.ve/ceniaphoy/articulos/n5/arti/aromero.htm

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