lunes, 17 de agosto de 2009

Hacia la alimentación mundial autosostenible: un mundo sin hambre



Con bastante retraso empiezo este trabajo hoy, domingo 22 de marzo de 2009, con el propósito de terminar lo que quedó, aparentemente colgado, pero que ha significado algunas jornadas de lectura de temas concordantes con la materia del caso.

El tema de La Ecología de la Nutrición, que podría ser también, La Nutrición Ecológica, ha dado vueltas por mi cabeza desde que recibimos el mail. El tema de lo natural Vs lo transgénico, Biomasa y Energía, Cadenas y Pirámides Alimenticias, Redes Tróficas y Alimentarias, Productividad de los Ecosistemas… todos han aportado su bloque de información que ha contribuido a la formación del concepto del papel de la alimentación dentro del equilibrio ecológico natural.

Si tuviera que hacer un reportaje o desarrollar un texto de información para comunicar sobre la situación mundial de la alimentación, sus problemas, consecuencias del irrespeto a la sostenibilidad de los sistemas que nos proveen alimento, consumo de energía y pérdida de la misma en cada eslabón trófico, nos sorprenderíamos de lo mal diseñado del sistema de alimentación o de los intereses de las grandes empresas que ganan dinero convirtiéndonos en consumidores secundarios y terciarios: predadores.


Reportaje: Hacia la alimentación mundial autosostenible:

un mundo sin hambre

8 de diciembre de 2008, Roma / Johannesburgo / Nueva York / Santiago / Estocolmo / Tokyo -- Según el informe anual de la FAO sobre el hambre: El estado de la inseguridad alimentaria en el mundo, el hambre y la malnutrición producen un enorme sufrimiento a las personas, por su causa mueren más de diez millones de niños al año, y tiene un costo para los países en desarrollo de ciento de miles de millones de dólares por la pérdida de productividad y de ingresos nacionales.

Tomando en cuenta que el número de personas que pasan hambre en el mundo aumentó a mas de mil millones entre los años 2000 y 2008, es decir, un incremento de 120 millones de personas desde mediados de los años 90, los costos humanos y económicos del hambre no dejarán de aumentar si no se revierte esta tendencia.

La FAO señala que es lamentable lo poco que se hace para combatir el hambre, si bien los recursos necesarios para evitar con eficacia esta tragedia humana y económica son minúsculos en comparación con los beneficios de invertirlos en esta causa.

El informe añade que si no hubiera que pagar los costos directos de los daños producidos por el hambre, habría más recursos para luchar contra otros problemas sociales. "Una primera estimación sugiere que estos costos directos suman un total de aproximadamente 100 000 millones de dólares al año, más del quíntuplo de la cantidad comprometida hasta la fecha para financiar el Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria."

Además, también están los costos indirectos de la productividad y los ingresos perdidos. Por ejemplo, el informe indica que tolerar los niveles actuales de malnutrición infantil se traducirá en pérdidas de productividad e ingresos durante la vida de estas personas que ascienden a entre 800 mil millones y mas de un billón de dólares al valor de hoy.

Es una ironía, añade el informe, que los recursos necesarios para afrontar el problema del hambre sean pocos en comparación con los beneficios que produciría invertirlos en este causa. Cada dólar invertido en la lucha contra el hambre puede multiplicarse por diez y hasta por más de 202 veces en beneficios…

¿Y qué si pudiéramos invertir estas cifras con un modelo de alimentación sostenible?

La transferencia de la energía alimenticia desde su origen en las plantas a través de una sucesión de organismos, cada uno de los cuales devora al que le precede y es devorado a su vez por el que le sigue, se llama cadena alimenticia. El número de eslabones de la cadena debe ser limitado a no más de cuatro o cinco, precisamente por la gran degradación de la energía en cada uno. El porcentaje de la energía de los alimentos consumida que se convierte en material celular nuevo es el porcentaje eficaz de transferencia de energía.

El flujo de energía en los ecosistemas, procedente de la luz solar por medio de la fotosíntesis en los productores autótrofos, y a través de los tejidos de hervíboros como consumidores primarios, y de los carnívoros como consumidores secundarios, determina el peso total y número (biomas) de los organismos en cada nivel del ecosistema. Este flujo de energía disminuye notablemente en cada paso sucesivo de nutrición por pérdida de calor en cada transformación de la energía, lo cual a su vez disminuye los biomas en cada escalón.

Niveles tróficos

Recordemos que los niveles tróficos que constituyen un ecosistema, dan lugar a una cadena alimentaria que se despliega así:

Productores.- Organismos capaces de sintetizar la materia orgánica a partir de la inorgánica (plantas y fitoplancton).

Consumidores.- Seres que consumen la materia orgánica ya producida por otro ser vivo del ecosistema y se dividen en los siguientes tipos:

Consumidores primarios: Se alimentan de los productores, (estos son los hervíboros). Consumidores secundarios: Se alimentan de los consumidores primarios, (son los carnívoros).

Consumidores terciarios: Se alimentan de los consumidores secundarios (son los super-depredadores), el hombre.

Descomponedores.- Seres que utilizan los desechos de los demás grupos, excrementos y cadáveres para obtener energía.

Algunos animales sólo comen una clase de alimento, y por consiguiente, son miembros de una sola cadena alimenticia. Otros animales comen muchas clases de alimentos y no sólo son miembros de diferentes cadenas alimenticias, sino que pueden ocupar diferentes posiciones en las distintas cadenas alimenticias. Un animal puede ser un consumidor primario en una cadena, comiendo plantas verdes, pero un consumidor secundario o terciario en otras cadenas, comiendo animales hervíboros u otros carnívoros.

El hombre es el final de varias cadenas alimenticias; por ejemplo, come pescados grandes que comieron otros peces pequeños, que se alimentaron de invertebrados que a su vez se nutrieron de algas. La magnitud final de la población humana (o la población de cualquier animal) está limitada por la longitud de nuestra cadena alimenticia, el porcentaje de eficacia de transferencia de energía en cada eslabón de la cadena y la cantidad de energía luminosa que cae sobre la Tierra.

El hombre nada puede hacer para aumentar la cantidad de energía luminosa incidente, y muy poco para elevar el porcentaje de eficacia de transferencia de energía, por lo que sólo podrá aumentar el aporte de energía de los alimentos, acortando la cadena alimenticia, es decir, consumiendo productores primarios, vegetales y no animales. En los países superpoblados como China e India, los naturales son principalmente vegetarianos porque así la cadena alimenticia es más corta y un área determinada de terreno puede de esta forma servir de sostén al mayor número de individuos.

Hablemos en porcentajes

Recordemos que entre cada eslabón de la cadena trófica se pierde entre 80% y 90% de energía. Es decir si el sol emite 100 unidades de energía, las plantas se quedan con 10 a 20 unidades de esa energía.

De esas 20 unidades de energía, el consumidor primario (hervíboros) se queda con 4 unidades de energía, y el consumidor secundario que se alimenta del primario, se queda con 0.8 unidades de energía.

Saltando la imposibilidad de fotosintetizar, si consumiéramos solo productores de energía (vegetales) habría un 500% mas aproximadamente de alimentos que lo que se produce hoy, es decir , independientemente de las políticas mal intencionadas, se podría alimentar, considerando perdidas de cualquier naturaleza a por lo menos 3 veces la población mundial actual (6000 millones por 3 = 18 mil millones de personas)

¿Podremos cambiar?

Según un estudio de la Oregon State University, la producción de alimentos de las tierras de cultivo, crece menos que la población mundial. Cuando Paul Ehrlich advirtió hace tres décadas que "cientos de millones" de personas morirían de hambre, probablemente exageró, por ahora. (Solo murieron de hambre decenas de millones).

La revolución verde, una inyección de fertilizantes y técnicas de fabricación en serie, incrementó los rendimientos de las cosechas, y retrasó la escasez. Eso, combinado con una utilización más intensiva de las tierras cultivables a través de la irrigación y el uso masivo de fertilizantes y plaguicidas químicos basados en los combustibles fósiles, nos permitió mantener el paso más o menos con el crecimiento de la población durante otra generación.

Otra ganancia adicional, pero muy pequeña y con consecuencias impredecibles, puede venir de la ingeniería genética.

La estabilización de la población no se producirá antes de otro medio siglo, y sólo nos queda una alternativa importante: reducir drásticamente el consumo de carne, para que la conversión de los terrenos de pastos en terrenos de cultivos de alimentos incremente la cantidad de alimentos producidos.

Pero ya algunos argumentan que los pastos usan las tierras inútiles para los cultivos, y en estas áreas el ganado puede continuar teniendo un lugar, pero grandes áreas de tierras cultivables se destinan para que el ganado vacuno se alimente y las destruya, y mas del 50% de la producción de cereales, miz y soja, de sestinan para la alimentación del ganado.

Volvamos con los números

Digamos que tenemos 20.000 kcal [kilocalorías] de maíz. Supongamos que las destinamos a alimentar el ganado vacuno (como hacemos con aproximadamente el 70 por ciento de los cereales y la soja producidos en EE UU). La vaca producirá 2.000 kcal de energía utilizable a partir de esas 20.000 kcal de maíz (asumiendo una eficiencia del 10%). Esas 2.000 kcal de carne de res alimentarían a una persona durante un día, asumiendo una dieta de 2.000, que es común en EE UU. Si en su lugar comieramos directamente las 20.000 kcal de maíz, en vez de a través de la vaca, podríamos alimentar a muchas más personas con la misma cantidad de tierra cultivada; no necesariamente 10 veces más, porque no somos tan eficientes como el ganado vacuno en la transformación de la energía del maíz, pero considerablemente más que la única persona que podría alimentarse si el maíz pasa primero a través de la vaca.

En consecuencia, podríamos alimentar a mucha más población con la misma cantidad de tierras cultivadas si descendemos en la cadena alimenticia, si comiéramos a productores primarios en lugar de herbívoros (maíz en lugar de carne). O podríamos alimentar al mismo número de personas que en la actualidad, pero con menos degradación ambiental porque no necesitaríamos tener tantas tierras en cultivo.

Mientras 22,4 millones de hectáreas de tierras en EE UU se destinan a pastos para el ganado, sólo 1,6 millones de hectáreas se dedican al cultivo de verduras y hortalizas para el consumo humano directo. Departamento de Comercio de EE UU, Censo Agrario.

Esto está ocurriendo hoy

Tomemos como ejemplo la pampa argentina, muchos sectores de una de las mejores tierras de cultivos del mundo que está en la pampa húmeda está siendo destinada a la producción de alimento para vaca: soja, maiz, etc.

Solo imaginemos la cantidad de comida para humanos que se podría producir y exportar, la mano de obra que esto generaría y las industrias agregadas que también se generarían, ya que se puede procesar todo con beneficios agregados

Si en vez de producir y exportar materia prima para consumo de vaca / cerdo / pollo de otros países, produjéramos alimentos de origen vegetal, procesado para humanos, y además de que los restos vegetales se pueden procesar industrialmente para generar muchísimos otros productos... sería el gran avance ... pero la realidad es otra.

http://video.google.com/videoplay?docid=6534983073957789683

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